Si como decíamos, la recomendación del Protocolo de Kioto, de plantar árboles para paliar las consecuencias del efecto invernadero, no ha sido considerada por los “calentólogos” y ecologistas de las ONG´S españolas, como medida acertada a seguir en nuestros suelos forestales desarbolados, de los que contamos con más de ONCE MILLONES de hectáreas, podemos afirmar que, debido a su gran influencia sobre las distintas Administraciones, serán muy escasos los recursos que se asignen para llevar a cabo el Plan de Repoblación que España necesita.


    Nadie que tenga unos mínimos conocimientos sobre la Tierra, la Naturaleza y el Medio Ambiente, puede negar la evolución y el cambio que, con el discurrir del tiempo, les afecta. Pero pasar de este reconocimiento a asegurar, como dicen los “calentólogos”, que se prevee que la temperatura media anual aumentará, entre 1,4º y 5,8º hasta el año 2100, por efecto de los gases de origen antropogénico, es una osadía que carece de cualquier base científica. Si desde el año 1886, primer año en el que existen datos climáticos fiables, hasta nuestros días, la media de las temperaturas máximas, en el mejor de los casos, no ha llegado a subir por encima del 0,5º, parece que si se mantiene este incremento, para llegar a un aumento de más de 5º, como contempla la previsión para este siglo, sería necesario el paso de más de un milenio.


    Ya estamos otra vez con el miedo en el cuerpo, propiciado por una serie de agitadores, generalmente de formación pseudocientífica, que encuentran seguidores en todos aquellos que, por desconocimiento, les da miedo la Ciencia. Estos falsos científicos sólo la conocen a través de los fascículos semanales de las distintas publicaciones periódicas, de las que escogen sólo aquello que puede conducir a lo anecdótico, que, como parte de unas premisas hipotéticas, nos llevaran, en el tiempo, a las situaciones más catastróficas para el hombre y su entorno.