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    Cuando nos queremos referir a determinadas conclusiones, a las que llegan personajes que pueden tener ascendencia sobre parte o la totalidad de la población, y estas conclusiones no pasan de ser conocidos y sabidos tópicos, que ante la casi imposibilidad de ser aplicadas, podemos clasificarlas como gansadas. Estas gansadas solo sirven para el desahogo de quien las propone, al mismo tiempo que se posiciona para justificar que no comparte, aunque si comprende, a los que las hacen propias y las quieren vender con éxito, a una población que ya no le queda esperanza de confiar en la clase política, que en las dos últimas décadas les hicieron perder el paraíso, cayendo al infierno en caída libre, sin poner ninguna red de protección.

    Pasada esta primera semana después de las elecciones europeas, y aunque con menos intensidad desde la victoria de la derecha en las últimas elecciones generales, no hemos parado de escuchar, a diestra y a siniestra, las mayores gansadas, muchas de ellas repetidas en tiempos pasados, que en nada se asemejan a los actuales, y que condujeron a pasar de situaciones de discrepancia, a otras de enfrentamiento a muerte entre los de misma sangre. Bueno, pues toda esta tragedia de muerte entre hermanos que fue nuestra guerra civil, que por supuesto no fue una guerra entre buenos y malos, una parte pequeña, afortunadamente, pretenden revisarla, y pasar de los tribunales de justicia que emanan de la democracia, a los tribunales populares, aquellos que funcionaban durante la contienda, y que algunos por mantenerse en el poder, consentían que se fusilaran en el paredón a sus opositores políticos.

    Hemos vuelto a oír, como dicen que se escuchaba a un determinado político hace tres cuartos de siglo, “ganaremos en las urnas, y si no fuera así ganaremos en la calle”. Claro que esta declaración, que no debía de haber sido más que una gansada de las muchas que se dicen en una campaña electoral, fue parte de la causa de que murieran un millón de personas, como pintaba Goya, dándose garrotazos y con los pies sujetos a la tierra por las clases dirigentes.

    También hemos escuchado decir a un destacado político con relación a PODEMOS, que “los de siempre vienen a repartir miseria para todos, salvo para la nomenclatura que nunca se queda con la miseria”. Otra gran gansada, pues bastaría con sustituir las frases hechas, con manifestar que después de haber pasado casi un siglo de aplicación práctica de estos principios en determinados países, los que los abandonaron quedaron arruinados, al menos para tres generaciones, y los que aún se mantienen, tienen a sus pueblos sometidos a las dictaduras más tiránicas del mundo globalizado, acompañadas de la privación de los alimentos básicos para paliar el hambre. Esta situación final es la única valida para demostrar a que realidad conduce una utopía, todo lo demás es jugar al juego de las palabras.

    No es menos gansada decir que el partido que sustenta al Gobierno ha ganado las elecciones europeas, cuando lo que se dilucida es decidir ante dos modelos distintos que, para no identificarlos como la izquierda y la derecha, podemos definir como los que creen que es el Estado el que tiene solución para todo, contra los que creen que es la Sociedad. Y aquí parece que son mayoría los que confían en el Estado, que no es precisamente lo que defienden los conservadores y liberales.

    Dejamos para el final las gansadas hechas propias por el partido PODEMOS, empezando por elegir como su denominación, el lema empleado por el Presidente Obama para su última campaña electoral, de cuya ideología están en sus antípodas. A esto se le puede atribuir cualquier principio menos el de la coherencia, a no ser que se caiga en la trampa de admitir que “todo es bueno para el convento”, pues no hay nada que ideológicamente se encuentre a más de miles de años luz del capitalismo que el comunismo, hasta el punto que si al entrar en Estados Unidos, en el papel que entregas en emigración, te declaras comunista, no te dejan pasar la aduana y te devuelven a tu país. Esto para los “progres” puede ser un atentado a los derechos humanos, pero no cabe duda que esta ideología está entre la que en su nombre, se han cometido, y se siguen cometiendo, más crímenes contra la humanidad, por lo que si confiesas practicarla, no debes entrar el el pais de la democracia y la libertad.

    No es menos gansada, en el tema económico, defender fijar un salario máximo, cuando nuestras aptitudes ante el trabajo, debido a nuestras distintas formaciones, muchas de ellas consecuencia del esfuerzo personal de cada cual, nos diferencia a unos de otros. La única igualdad que se puede pretender es que el que más gane sea el que más tribute, para que a través de estos tributos se logre la igualdad de oportunidades para todos, única igualdad a conseguir sin detrimento de las demás. En cualquier caso, a lo mejor se podría creer en obligar a esta igualdad del salario máximo, ante una experiencia existente en algún pais, y que esté funcionando desde hace, al menos, un par de décadas, sin que todos sus cerebros, contando con la existencia de libertad de movimientos, hayan escapado a los países de su entono.

    Pero la máxima gansada es la de prometer una renta básica para toda la población, cuya cuantía será de 650€ mensuales. Claro que cuando se les pregunta sobre el coste de esta genial idea, con ese “odio” que la mayoría de la gente de letras tiene a los números, contestan que eso no importa, que lo importante es cumplir con los principios fundamentales de los Derechos Humanos.

    También en la pasada semana, como se aproxima la campaña de los incendios forestales, la Comunidad de Madrid acaba de anunciar que va a contar con un sistema de alta tecnología, que “predice la intención de un incendio en los montes”. Este anuncio no deja de ser una gansada, pues está tecnología está funcionando desde hace cuarenta años en Estados Unidos, y muchos profesionales, como el que esto escribe, hemos seguido cursos desde hace 30 años, de más de 100 horas, para aplicar el combate a estas predicciones. Quiero decir que a estas predicciones, es difícil dar una respuesta acertada para fijar la línea de combate, si se desconocen las variables que intervienen en el comportamiento, como la sucesión de los distintos pisos de vegetación, las especies que los forman y su continuidad horizontal y vertical, como van variando las exposiciones y las pendientes, la humedad relativa, las temperaturas…..etc. Para todo esto se necesita una formación que ,aunque no sea políticamente correcto decirlo, no tienen los bomberos urbanos, profesionales a los que la Comunidad de Madrid, no se sabe basada en que conocimientos, no revalidados en la Politécnica correspondiente, les ha encargado el combate contra los incendios forestales. Por poner un ejemplo, para que alguien no pueda tachar de corporativista el razonamiento, el programa WFA nos da una predicción de evolución de un incendio forestal, similar al pronóstico que una Resonancia nos puede dar sobre la evolución de un cáncer, pero el seguimiento y tratamiento de este, siempre se llevará a cabo por un oncólogo, y si hay que operar exigiremos un cirujano.

    Todas las gansadas anteriores dichas al amparo de una ideología determinada, tienen una legitimidad para ser expuestas por aquellos que la practican, y pueden ser compensadas y rechazadas por los que a ella se oponen, por lo que solo se llevaran a la práctica con el apoyo de la mayoría. Pero si se trata de la gestión de un servicio, realizada por profesionales no competentes en los conocimientos que se requieren para el desarrollo del mismo, estamos obligados a advertir que, los fallos en la gestión serán responsabilidad de los políticos que erróneamente no eligieron a los profesionales con conocimientos revalidados sobre el tema.