Imprimir
Visto: 3869

 

    Con el adjetivo que inicio este artículo, me quiero referir a una de las dos clases políticas emergentes que han tocado poder municipal, no por haber ganado las elecciones, sino por el apoyo de otros, y con algunas de sus desquiciadas propuestas, pretenden que olvidemos el inmenso valor de infraestructuras emblemáticas, construidas por los gobiernos municipales anteriores.

    Nuestro caso se desarrolla en la ciudad de Madrid, y nos referimos a la LLAMADA CALLE TREINTA, y que a mí me gusta más que se denomine como PARQUE MADRID RIO, pues es lo que ha surgido, soterrando una parte de unos DIEZ KILOMETROS de circunvalación de la ciudad, formando un PARQUE URBANO de CIENTO VEINTE HECTÁREAS, DOS HECTÁREAS más que EL RETIRO, cubriendo el cemento y el hormigón armado de esta infraestructura, y anulando el impacto negativo de la misma.

    La obra en sí, sin entrar en analizar el coste de la misma, pues ese cometido corresponde al TRIBUNAL DE CUENTAS, y en su caso, si los nuevos componentes del GOBIERNO MUNICIPAL lo solicitan, de una AUDITORIA EXTERNA, es la mayor TRANSFORMACION URBANISTICA realizada en MADRID durante el ULTIMO SIGLO, pues la unión de las dos márgenes urbanas del río, ocultando a CIEN MIL de sus habitantes la circulación de UN MILLON de automóviles diarios, supone la supresión de toda contaminación procedente de la combustión de los vehículos, como de la contaminación acústica, así como la supresión de una gran barrera, que dificultaba la comunicación entre las dos riberas que separaban la ciudad en dos partes. Estas TRANSFORMACIONES, nadie puede dudar que han cambiado a mucho mejor la calidad de vida de los ciudadanos, sin contar con el incremento de la calidad urbana de los barrios limítrofes al río, cuya revalorización de sus viviendas es un hecho incuestionable. Sobre estas mejoras, debería preguntarse la opinión de los vecinos.

 

    Si a lo anterior unimos que, el espacio comprendido entre las dos riberas, como hemos dicho más arriba, se ha convertido en un PARQUE URBANO lineal a lo largo de más de SIETE KILOMETROS , que enlaza con el resto de la ciudad por medio de espacios verdes, formándose un paisaje que se ha construido con materia viva, hemos logrado el milagro de sobre un sustrato inerte levantar un jardín, cuyos beneficiarios no son solo los que habitan en las zonas de contacto con el río, sino también los habitantes de la trama urbana de las TRES MIL QUINIENTAS HECTAREAS que van desde la CAJA MAGICA a la salida hacia EXTREMADURA.

    Para cualquier defensor de los árboles, la plantación de un nuevo parque debe ser un motivo de satisfacción, pero si este se realiza después de transformar un suelo inerte en vegetal, añadiendo las correcciones debidas, esto es un milagro del conocimiento humano. Pero sin caer en la trampa de que a esto se le llame una obra faraónica, pues esta no se caracteriza para gloria de una persona o una dinastía, sino para mejorar la calidad de vida de CIENTOS DE MILES de ciudadanos.

    Tratar de desviar la atención de la construcción de una obra emblemática, una de las más importantes llevadas a cabo en MADRID en el pasado siglo, pidiendo una ¿AUDITORIA CIUDADANA? de la misma, cuando la mejor consulta sería preguntar su opinión a los más de CIEN MIL beneficiados directos de la misma, además del ahorro de los dueños del MILLÓN de vehículos diarios, que reducen en más de VEINTE MINUTOS el recorrido del tramo enterrado de la M-30.No se entiende, a no ser que se trate de demonizar al gobierno municipal precedente, aunque con esta obra no tratase de mejorar solo la vida de sus votantes, sino a toda la ciudadanía. Si durante la realización de estas obras se malversaron los fondos a ellas destinados, los responsables deben ser castigados política y judicialmente. Pero si así no fuera, aunque la deuda del ayuntamiento de Madrid sea la más alta de España, ella no impide. porque es el ayuntamiento de mayor potencial económico de todo el ESTADO generar ingresos, que por este motivo, tengan problemas para obtener financiación a intereses más desfavorables de los menos endeudados.

 

    Es de DESQUICIADOS pensar que el IMPACTO AMBIENTAL de esta obra es IRREVERSIBLE, como así lo sigue manteniendo alguna importante organización ECOLOGISTA, cuando una vez terminada, solo ha contribuido a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, tanto URBANA como ante la CONTAMINACION por la circulación de los vehículos a motor. Lo normal después tres años de funcionamiento, a satisfacción de la mayoría de los madrileños, sería agradecer a los gobiernos municipales autores de esta obra, poner en marcha todo aquello que ha servido para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, y se pueda mantener de forma SOSTENIBLE en el espacio y el tiempo. El montante de la deuda, sí se puede pagar, no es más importante que la hipoteca de nuestra vivienda, a la que tan acostumbrados estamos los ciudadanos a disfrutarla, durante muchos años antes de pagarla. Empeñarse en anular estos principios, solo para criminalizar al rival político, por utilizar formas de pago LEGALES, presumiendo sin probarlo que pueden ser ILEGITIMAS, es privar a los ciudadanos de disfrutar de bienes materiales, que le permiten el pago de sus impuestos.

    Mientras dura la polémica prefabricada, pues todos los madrileños conocíamos que la gran deuda de su ayuntamiento tiene su origen en la CALLE TREINTA, ahí nos quedan, para uso y disfrute de los ciudadanos, entre CINCUENTA MIL ARBOLES plantados de todas las especies, las siguientes dotaciones:

    18 áreas de juegos infantiles, para todas las edades; una playa urbana, varios estanques y fuentes ornamentales; puentes de nueva construcción, con diseños singulares, como el de Dominique Perrault; 30 Kms. de carril bici, 33 pistas de patinaje; campos de fútbol para 7y 11, fútbol sala, padel, tenis, baloncesto y pista de ciclismo; 3 circuitos biosaludables y 9 pistas de petanca; y para la celebración de grandes eventos, tres plataformas situadas en el Puente del Rey, Parque de la Arganzuela y Matadero. Todo este espacio verde bien dotado, si hubiera surgido en cualquiera de las grandes ciudades de Europa, para rehabilitar y humanizar una trama urbana totalmente deteriorada por la contaminación del aire y acústica, se presentaría como la obra del SIGLO para liberar a los ciudadanos de la zona, de la plaga MEDIO-AMBIENTAL más frecuente de estos tiempos y los venideros. Sin embargo en ESPAÑA somos capaces de crear corrientes de opinión, para destruir nuestras obras emblemáticas, y si es posible que el rechazo a las mismas dure durante los pró ximos QUINIENTOS AÑOS, tomando como ejemplo la LEYENDA NEGRA de nuestro DESCUBRIMIENTO Y COLONIZACION DE AMERICA, y es que muchos españoles parece que estamos LOCOS, o mejor dicho un poco DESQUICIADOS.