En los primeros días del pasado mes de julio, decidí tomarme un descanso de un par de meses, y no escribir sobre incendios forestales, mientras durara la actual campaña de riesgo. La razón no es otra que, durante la misma, se producen toda una serie de “mantras” sobre este fenómeno, de opinadores y expertos, ante los que un profesional no puede permanecer callado, so pena de darles carta de naturaleza. Con estos principios, un día si otro también, tendría que haber estado rebatiendo la cantidad de prácticas equivocadas que se recomiendan, que a nada o muy poco conducen, sin pararse a respetar los principios básicos para el combate de los incendios forestales, que solo conocen y respetan los profesionales, por lo que me vería obligado a salir en su defensa. Conocimientos que nos han sido transmitidos por las POLITECNICAS correspondientes, y pagados con el dinero de los contribuyentes, por lo que es normal que se nos exija la aplicación de estos conocimientos.

    Pero el motivo por el que he tomado la pluma, antes de terminar la campaña, ha sido para defender a una compañera de profesión, de las primeras mujeres que revalidó su titulo profesional, que se ha atrevido a analizar los incendios forestales, como el fenómeno más grave de destruir el paisaje. Es decir que por primera vez , no ha destacado los daños económicos y ha querido resaltar aquello que para los no profesionales pasa desapercibido, quizá porque es gratuito, como la destrucción del paisaje, del que antes de quemarse disfrutan todos nuestros sentidos: la vista. el oído y el olfato, y que echaremos en falta este disfrute, cuando levantemos la vista y nos encontremos con un monte arbolado quemado, que representa la muerte.

    Todas las reflexiones que mi compañera ha escrito alrededor de este análisis, han sido recibidas con comentarios, entre ellos la de un tal ZAMBOMBO, que la califica de estúpida, como insulto más suave, por sus comentarios. Por ello me siento obligado a salir en su defensa, y aunque les pese a ZAMBOMBOS similares, decir que los únicos parajes de interés forestal existentes en España son los MONTES DE UTILIDAD PUBLICA, declarados hace CIENTO CINCUENTA años, y que gracias a la conservación encomendada desde entonces a los INGENIEROS DE MONTES, se ha logrado su gestión SOSTENIBLE hasta nuestros días.

    No sería consecuente sin dedicar un comentario al INCENDIO FORESTAL más importante de este año. el producido en la isla de LA PALMA, pues no siempre un INCENDIO FORESTAL se desarrolla sobre una manifestación forestal declarada PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD. Sin duda una declaración de este tipo exige unas medidas extremas de PREVENCION, y tenemos que acostumbrarnos que si está fallan, es responsabilidad del PLAN ESPECIAL que requiere una declaración como esta, o de los GESTORES del mencionado PLAN. Es preocupante que en menos de un QUINQUENIO se hayan producido incendios graves, en dos ISLAS con manifestaciones forestales declaradas PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD, a las que se debe dedicar mayor atención para una máxima protección.

    Otra preocupación sobre el incendio de LA PALMA, fue el de la duración excesiva del mismo, cumpliéndose el principio BASICO de todos los grandes incendios forestales, que no es otro que, mientras se mantengan constantes las variables de temperatura (más de 30º), humedad relativa (menos de 30%) y velocidad y dirección del viento (más de 30km/h), y permanezca la continuidad de la vegetación (combustible), si esta continuidad no es capaz de romperla el hombre, como único método de control, cualquier otro método de combate basado en arrojar agua a los frentes de avance, es totalmente ineficaz, aunque el espectáculo sea BONITO, si el agua se arroja desde distintos MEDIOS AEREOS. Aunque lo hayamos dicho muchas veces, por simples limitaciones de la FISICA, sobre un incendio forestal, que se diferencia de uno urbano, que es estático, por su dinamicidad, no es posible frenar sus frentes, a veces de KILOMETROS de longitud, cuando van desprendiendo más de 2500kcal/m2. Si se continua, en los incendios forestales que se han escapado del primer conato, sin aplicar el pricinpio básico de cortar la continuidad de vegetación, ya sea utilizando medios mecánicos o contrafuegos, contribuiremos, como así esta sucediendo, a que los grandes incendios recorran mayores superficies, y desaparezcan mayores superficies arboladas.

    Como ejemplo de lo anterior, queda el INCENDIO FORESTAL ocurrido, durante el año !988, en el PARQUE NACIONAL DE YELLOWSTONE,, en el que durante dos meses se quemó una superficie arbolada de SETECIENTAS MIL HECTAREAS (equivalente a la superficie de la provincia de Palencia). La causa fue un conato de incendio, que la presión de los ecologistas dejó avanzar, pues todos los años, incendios similares, se extinguían después de las precipitaciones que todas las semanas se producen. Pero esta vez las lluvias se retrasaron, y las variables de TEMPERATURA, HUMEDAD y VELOCIDAD DEL VIENTO, se mantuvieron constantes dentro de las conocidos valores de (30, 30, 30) y sin llover durante dos meses. Durante este tiempo, por tratarse de un PARQUE NACIONAL, no se permitió romper la continuidad de la vegetación. pues la maquinaria pesada podría romper los horizontes de suelo, y se acordó que con personal de tierra, llegaron a disponer de SEIS MIL MARINES como combatientes, se arrojara agua con vehículos cisterna y con numerosos medios aéreos. Todo resultó inútil, pues solo se controló el incendio cuando llegaron las precipitaciones, pero para entonces, los costes de extinción resultaron inasumibles para los resultados obtenidos, y los que impusieron este sistema de combate, fueron cesados fulminantemente, y sus teorías desechadas en lo sucesivo. Como el pueblo americano es tan crítico con sus errores, en el CENTRO DE INTERPRETACION DEL PARQUE, cualquier profesional o curioso sobre el tema, puede encontrar la CRITICA a los errores cometidos.

    No quiero pasar sin hacer mención a un INFORME de una asociación ECOLOGISTA, que durante este mes ha publicado, y que se pregunta : ¿PORQUE ARDEN NUESTROS BOSQUES?. Curiosamente uno de los datos que se reflejan en ese informe, es que los fondos que se invierten anualmente en medios de EXTINCION en España, representan ei 80% de la totalidad de las inversiones para combatir los incendios forestales, por lo que solo empleamos un 20% para la PREVENCION. Esto datos son tan concluyentes,.que la pregunta que se hace solo admite una respuesta: ¡POR FALTA DE PREVENCION! Y no basta con que reconozcan, “que la PREVENCION es nuestra asignatura pendiente”, pues si no se exige su impulso inmediato, podemos seguir otros CUARENTA AÑOS reclamándola los profesionales, sin que las organizaciones ecologistas, poseedoras de un gran poder mediático, unan sus esfuerzos a los nuestros, en beneficio de la SOSTENBILIDAD de nuestros MONTES bien GESTIONADOS, e impedir la ruptura que los incendios forestales provocan sobre los mismos, hasta el punto de convertirlos en suelos poblados de matorrales invasores y regresivos.

    Es perder el tiempo decir a los profesionales que “para prevenir los grandes incendios es necesario conocer las zonas de alto riesgo de incendios”, cuando estos CONOCEN detalladamente de todas las zonas forestales de España peninsular e insular (vegetación,clima, topografía, suelos….), desde hace CIENTO CINCUENTA AÑOS, y lo único que necesitan son los recursos necesarios para llevar a cabo una “prevención activa”. Si estos recursos para la PREVENCION no se consiguen, no será posible que nos mantengamos dentro de las TASAS DE QUEMA PERMISIBLE, que nuestros ELEVADOS RECURSOS empleados en protección contra incendios forestales requieren. Ya hemos dicho en muchas ocasiones, pero consideramos necesario repetirlo, que la mayoría de nuestras COMUNIDADES AUTONOMAS, cuando menos, TRIPLICAN esta TASA, y algunas la multiplica por DOCE, desde hace más de TRES DECENIOS, y cuando una de estas COMUNIDADES la ha vuelto sobrepasar, nada mas comenzar est campaña, no se le ocurre otra cosa que pedir la COLABORACION CIUDADANA, sin pensar que su verdadero problema lo tiene en la MALA GESTION que realiza de su PLAN de defensa contra incendios forestales.

    Para terminar, quiero tranquilizarles sobre las amenazas de algunos “expertos”, que nos auguran que con la llegada del cambio climático los incendios forestales serán cada año más catastróficos. Esto solo sucederá si, como viene ocurriendo desde hace algunos DECENIOS, se sigue aumentando el combustible (vegetación) de los montes, suprimiendo los tratamientos silvícolas que son necesarios para reducirlo, hasta límites compatibles con una “prevención activa”. Con estos tratamientos se conseguirían, una vez escapado el incendio del primer ataque, velocidades de propagación más lentas, y que a su vez desprendan menos poder calórico, para posibilitar ataques más eficaces para su control. Pero todos estos cambios serían fáciles de llevar a cabo, si como dice mi COMPAÑERA , la que mencionábamos al principio que reflexionaba sobre los INCENDIOS FORESTALES como destructores del PAISAJE :

    “¿QUE PASARIA SI ENCARGARAMOS DEL CUIDADO Y LA CUSTODIA DE LOS MONTES A LOS QUE SABEN DE MONTES?”