Pasadas las elecciones para formar el Parlamento Catalán, transcurrida una campaña en la que los nacionalistas, después de QUINIENTOS AÑOS de formar parte de España, como el ESTADO más antiguo de Europa, nos hemos sentido como unos extraterrestres, y así nos seguiríamos sintiendo si pasáramos página, sin dedicar un rato a comentar esta atrocidad.

    Estas elecciones convertidas en plebiscitarias, por interés de los propios nacionalistas, han sido su tumba, pues han servido para demostrarles por primera vez que, más de la mitad de los catalanes han pasado por las urnas, dándoles la espalda en esta quimera. Está muy claro que los resultados que los nacionalistas contabilizarían cómo sies y noes, como decían el día de reflexión, no han sido favorables a su tesis, aunque a pesar del resultado, siguen manifestando públicamente, que el pueblo catalán les ha dado su apoyo, para seguir en la lucha por la INDEPENDENCIA. Hace falta ser políticamente hipócritas, para convertir un fracaso, que debería invitar a la dimisión de sus promotores, en un acicate para seguir luchando por la INDEPENDENCIA.

 

    Lo peor de estas elecciones, montadas como un plebiscito por los NACIONALISTAS, es que no han servido para nada, pues al día siguiente de las mismas, como ellos decían, no han servido para declarar de forma unilateral lla INDEPENDENCIA, y como no disponen de un plan B, como hubiera sido un PROGRAMA DE GOBIERNO, no existe ningún documento que permita GOBERNAR para dar solución a los problemas de los ciudadanos (paro, sanidad, educación….). Si los que forman una coalición para presentarse a unas elecciones, forman parte de ideologías tan distantes, que van desde la izquierda extrema a la derecha, incluyendo a núcleos anti-sistema, no es posibles encontrar un solo punto de afinidad, que es lo que ha sucedido. Esta claro que la coalición solo pretendía romper el mapa de España, y fallado este objetivo, no es posible gobernar para el pueblo, pues ahora su hoja de ruta, como ha sucedido durante los últimos CINCO AÑOS, es seguir creando la infraestructura de un nuevo ESTADO.

    Lo más lógico, como parece que ha pedido la cabeza de lista de CIUDADANOS, es convocar nuevas elecciones autonómicas, para que todos los partidos hagan públicos sus programas electorales, y que se comprometen a cumplir si ganan, mientras dura la legislatura. Arrancar con los resultados de lo que se ha querido que sea, por parte de una mayoría minoritaria, un plebiscito, con el que no se ha conseguido el resultados esperado, no deja de tener el menor sentido, sobre todo si los perdedores se empeñan en no aceptar el veredicto popular, ellos a los que no se les cae la palabra DEMOCRACIA de la boca.

 

    Es hora de que todos los partidos políticos, incluidos los de la izquierda más radical, abandonen ese “mantra” mentiroso, que no cuenta con el apoyo de la legalidad internacional, y que no cuenten con esta falsa justificación, para que ninguna región de un país como España, con más de QUINIENTOS años de antigüedad, pueda definir su futuro rompiendo con todas las demás. Dar carta de legalidad a esta ocurrencia, nos conduce, como ahora ha sucedido, a que hayamos tenido que pagar estos “saraos”, con el dinero de todos, por una INDEPENDENCIA que solo piden unos pocos. Pero lo más grave de estos movimientos asamblearios, que se generan según un determinado criterio excluyente de todos los demás, es que dividen a la población entre buenos y malos, para enfrentarlos entre si, condenando siempre a los malos a perecer en las tinieblas. Nunca en la historia de los pueblos, esas grandes manifestaciones, perfectamente organizadas, como si un disciplinado desfile se tratara, marchando al frente de banderas identitarias e himnos únicos, han conseguido otra cosa que enfrentar las ideologías para, temporalmente, imponer una de ellas, a costa del derramamiento de la sangre de todas. Solo a unos marcianos, por catalogar a todos aquellos que viven fuera de este mundo globalizado, se les puede ocurrir que en un gran pais de Europa, como España, donde todavía, después de SETENTA Y CINCO años, no se han cerrado las heridas de una terrorífica guerra civil, se les pueda ocurrir abrir brechas que nos puedan separar, con mensajes tan “inocentes” como el de “ESPAÑA NOS ROBA”. Esto es un juego muy peligroso, sino se miden las consecuencias del mismo. Consecuencias desastrosas para una población, que después de CINCO intensos años, en los que su gobierno no ha tenido más meta que conseguir la INDEPENDENCIA, han llevado a la segunda autonomía de España por PIB, a depender del resto, porque nadie fuera del ESTADO español se presta a financiar, por su alto riesgo, sus “bonos basura”.

 

    Mientras continúe esta ruta a ninguna parte, la gobernabilidad de la autonomía seguirá olvidándose de las necesidades básicas de los ciudadanos, insistiendo en sustituirlas por el pensamiento único, y anatematizar aquellos que difieran, para excluirlos de la participación política. Si este debate no se equilibra, como así viene sucediendo en el tiempo, a los no independentistas se intentará expulsarles del territorio, con las amenazas personales y profesionales que fueran necesarias. Nadie puede negar que esto ya ha sucedido. Termino excusándome por haber caído en la trampa de salirme de mi tema forestal, pero espero comprendan lo difícil que es salir de este “bucle” mediático en el que estamos encerrados en los últimos años, y en el que parece que continuaremos, a pesar del resultado del PLEBISCITO, pues los promotores del mismo, que presumen DEMOCRATAS, así lo preconizan.