Hidroavión Canadian Bombardier CL-415

    He leído con mucha atención el estudio que ADENA ha editado sobre el problema de los incendios forestales en España, y que han titulado: “BOSQUES VULNERABLES-GRANDES INCENDIOS” Esta verdad que caracteriza a nuestro bosque mediterráneo, y que representa a la mayoría de los bosques de nuestro territorio, peninsular e insular, no es nada nuevo, y que los grandes incendios se generan, como también se apunta en este estudio, por el abandono de la prevención, para cortar de forma continuada la continuidad horizontal y vertical de la vegetación, y, además, para activar todos los avisos, de tal manera que el ataque directo se produzca antes de transcurridos 30 minutos de iniciarse el incendio. Mientras la mayoría de los presupuestos no den prioridad a estos conceptos, seguiremos en esta espiral de los grandes incendios, en la que hemos entrado, porque alguien se ha empeñado en que cuando el incendio, después del primer ataque, si es que lo ha habido, se ha convertido en un fenómeno de la Naturaleza, al hombre se le suministran los medios más sofisticados, no los más adecuados, y se le manda a combatirlo, a sabiendas de la imposibilidad de pararlo, a no ser que desaparezca la continuidad de la vegetación.

 

    De las pocas carencias del estudio, de la que no les hago responsables, debido a la misión imposible de que las distintas Autonomías faciliten, desde las transferencias, los presupuestos anuales de sus Planes de Incendios Forestales, es la falta de datos económicos. Sin los datos mencionados, incluidos los del Estado, es imposible conocer, en pesetas constantes, como han evolucionado los presupuestos empleados en combatir los incendios forestales en los últimos 50 años, aunque en determinados medios conozcamos su escalada vertiginosa, pues si a principios de los años ochenta del pasado siglo, no volaba ni un solo helicóptero prestando servicio para estos menesteres, a día de hoy superan el número de doscientas unidades por campaña. Basados en unos costes aproximados de 1.200 Millones de Euros, que Comisiones Obreras presentó en un estudio de finales de la última década, como los invertidos para el combate de los incendios forestales, por todas las Administraciones, confeccionamos la tasa de quema permisible, para los últimos catorce años, por Comunidades Autónomas, duplicando la mayoría de ellas esta tasa, y cinco de ellas (Valencia, Galicia ,Cataluña, Andalucía y Canarias) la multiplicaron por cuatro. Está claro que la gestión de la mayoría de nuestros Planes contra incendios, no aguantarían la menor crítica bajo el punto de vista coste-eficacia. Pero así seguimos y ahí estamos, porque aquí se impide la crítica solo para que algunos salven la responsabilidad de sus errores.

    En cuanto a la pregunta de qué que bosques queremos, entiendo que se quiere decir el tipo de gestión que queremos asumir. Pretender decir que el hombre puede decidir el tipo de bosque que quiere implantar en un ecosistema mediterráneo, muestra un desconocimiento de las leyes de la Naturaleza que solo puede conducir al fracaso. Si se siguen las series de regresión climácica del alcornoque, del quejigo, del rebollo y de la encina, como especies climácicas mediterráneas, dependiendo del escalón regresivo en que nos encontremos, este nos indicará la especie arbórea, pues queremos implantar un bosque, que dependiendo de la estación en que nos encontremos (profundidad y naturaleza suelo, altitud, orientación, precipitaciones, heladas…) tendremos que elegir. Lo normal es que se trate de una especie colonizadora, sobre la cual, en su momento, habrá que gestionar la entrada de las correspondientes especies nobles para llegar a la “climax”. Manifestar que el hombre puede implantar un bosque eligiendo sus árboles a la carta, no es otra cosa que un principio totalmente desconocido sobre la evolución de la Naturaleza, solo defendido por ignorantes de las Ciencias, que quieren imponernos sus deseos, aunque estos se encuentren fuera de la realidad de conseguirlos, y nos puedan conducir a la regresión irreversible.

    Otra de las fantasías de estas últimas semanas, ha sido la presentación el pasado 19 de junio, por el Ministro de Agricultura, de la campaña de incendios forestales 2013, en la que nos ha vendido la bondad de los medios aéreos para extinguir los incendios forestales, arrojando agua desde ellos a los frentes del incendio, gran fantasía que no se ajusta a la realidad, pues estos frentes van desprendiendo, cuando menos, 3500 Kilocalorías por metro cuadrado, así que calculense cuantos maravillosos Bombardier, como ese que acaba de comprar el Ministerio, se necesitan para parar un frente de 1 kilómetro, frente muy normal en la mayoría de nuestros incendios forestales que han escapado al primer ataque.

Jardines de la estación de Atocha

    Dudo, Sr Ministro, que los asesores que tiene en materia de Incendios forestales sean los más convenientes, a pesar de haber repetido mandato en el tiempo, pues no le han informado que los medios aéreos son un elemento de apoyo a los que trabajan en tierra, para cortar la continuidad de la vegetación, lo que los profesionales llamamos el combustible, y frenar la velocidad de avance. Esta es la misión de los medios aéreos, y no la de lanzar descargas sobre los frentes de avance, que por un simple cálculo físico no conducen a nada. Bueno es que asimile este principio y no confunda los términos y quiera convencernos que “solo hay un avión de este tipo en el mundo y lo va a comprar España para lograr un tiempo de respuesta mucho más rápido”. ¿Para que se quiere el rápido tiempo de respuesta, si estos aviones empiezan a operar cuando el incendio ha escapado del primer ataque, y ya solo cabe el ataque indirecto de las brigadas de tierra con el apoyo de los medios aéreos?

    Por la maravillosa defensa que se hace de los medios aéreos, que no son otra cosa que medios auxiliares, no es extraño que las Comunidades Autónomas cuando se retasa su envio, monten en cólera contra el Ministerio, pues se sienten engañados al no disponer del medio que todo lo puede.

    El pasado año, también criticamos la incorporación por el Ministerio de más medios aéreos, a pesar de estar en crisis, y aunque esta sigue, somos, según el Sr Ministro, el único país del mundo que podemos permitirnos el lujo de comprarnos el hidroavión más sofisticado del mundo. Exigimos que si en 2013 se repiten las catastróficas estadísticas de la campaña 2012, la mayor superficie arrasada por el fuego en la última década, alguien debe explicar las medidas para frenar esta tendencias, y abandonar la pasividad y la carencia de crítica, para entrar en soluciones que se correspondan con el enorme esfuerzo económico que estamos realizando, el mayor por hectárea forestal protegida de todo el mundo.