Cuando falta más de un mes para que, meteorológicamente, termine la campaña de incendios forestales, parece que hay prisas para dar por terminada la actual, y concluir diciendo que la causa de que en la misma se hayan producido un gran número de incendios, ha sido debida a que, con la aprobación de una nueva Ley de Montes, en ella se va a permitir que se urbanicen las zonas incendiadas.

    Dar credibilidad a esta causa, cuando hemos pasado uno de los veranos más calurosos del último medio siglo, no deja de ser un motivo para engañar a la población, generalmente “urbanita", con fines de mantener posturas que se olviden de la doctrina ecologista de no gestionar los montes, que es la principal causa de que, en los últimos CINCUENTA años, haya aumentado el desarrollo de grandes incendios forestales, poniendo de manifiesto que hay que seguir manteniendo la política forestal actual, para llevar nuestros bosques climácicos hacia la desaparición, objetivo que parece que están logrando.

 

    Negar la evidencia que en los bosques ordenados, similares a los que se ponen muchas veces de ejemplo, como los de las provincias de Soria o Segovia, no se producen grandes incendios forestales, nos lleva a la conclusión, que tener no más del DOCE POR CIENTO de los montes ordenados, es la causa principal, antes que ninguna otra, de la propagación de los grandes incendios forestales. Si le preguntamos a los habitantes del medio rural, después de un gran incendio, cual ha sido la causa, siempre nos contestaran que es debida al “abandono” del monte. Y si seguimos preguntando cuales son los proyectos de urbanización que tienen pendientes de aprobación, para ocupar el monte, nos dirán que ninguno.

    Pero todo esto viene a cuento, porque una famosa líder de opinión, de una cadena radiofónica cuyas ondas llegan a todos los rincones de España, a puesto en su boca, nada menos que la falsedad, que no puede provenir más que de un ecologismo anterior a la CUMBRE DE RIO, que para defender los montes contra los incendios, en vez de poner en marcha PLANES de prevención, detección y control, se dedican a magnificar causas que no alcanzan ni el UNO POR CIENTO del inicio de los mismos. Pero es igual, TODO ES BUENO PARA EL CONVENTO, pues si consiguen desviar la atención mediática de los ciudadanos hacia causas con tan insignificantes porcentajes, seguirán dirigiendo la nefasta política forestal de este país, que nos ha conducido donde estamos. Después que locraron cambiar, llegadas las transferencias, todas las organizaciones forestales, aunque no condujeron a mejorar nada, pues diversificaron todas las decisiones entre distintas instituciones, quedando ellos como asesores y coordinadores, sin que quieran abandonar estos cometidos, que a ninguna parte mejor nos llevaron.

    Cuando el DECANO de un colectivo de profesionales, se refiere a que hay que rentabilizar los montes para terminar con los incendios forestales, no está diciendo que haya que pagar a los propietarios, en más de la mitad de los casos instituciones públicas, por los productos directos que producen, pues de eso se encarga el mercado. Lo que quiere decir es que hay que valorarlos y ordenarlos, para saber los beneficios indirectos que bemefician al resto de la sociedad, y que la sociedad debe reconocerlos y compensarlos, para con esa compensación ayudar a conservarlos. Principios como este, fundamentales para que no desaparezcan los bosques por los incendios, son los acertados, pues cuando un bosque se quema, no solo se queman los productos directos que de el se extraen, sino aquellos que no se percibe nada por ellos, y que benefician a toda la sociedad, como: la absorción del carbono, evitar la erosión, ser el habitat de la fauna, ser parte fundamental del ciclo del agua………etc . No estaría mal que estos principios fueran apoyados por aquellos que dicen que aman a los bosques, pues sin contemplarlos es difícil, como estamos viendo, su protección y conservación.

 

    A veces me gusta presumir de ser de pueblo, sobre todo cuando los de ciudad, que suelen ir al campo los fines de semana, vuelven a casa en la caravana de los domingos, y se atreven a darnos lecciones de conservación de la Naturaleza, tomando como ciencia la que los distintos “mantras” del ecologismo más radical les han trasmitido, con los cuales vienen a catequizarnos como unos conversos . Siento decirlo, pero de la Naturaleza, la parte práctica de la misma, no me la han enseñado los libros de texto, sino los pastores, los cabreros, los obreros forestales y del campo, junto con los habitantes de los pueblos que se han manchado su ropa de trabajo, andando entre los matorrales regresivos e invasores, con la pegajosa jara, o pinchándose las pantorrllas con las aulagas. Todas estas personas, mientras viví entre ellos, me enseñaron a respetar la Naturaleza, bajo los principios que ahora llaman de sostenibilidad. Por eso dudo mucho, cuando una persona defiende a ultranza, con falsedades, cuestiones que no ha vivido de la Naturaleza, pues su vida ha transcurrido y transcurre entre el asfalto y el aire acondicionado, y cuando sale al pueblo por primera vez, se entera muy extrañado , cuando oye cacarear a las gallinas, que las gallinas cantan.

    Cuando se es una líder de opinión, y tus oyentes te dan un gran margen de credibilidad, no es leal trasmitirles falsedades, pues el ínfimo porcentaje de causalidad, no admite que nadie en su sano juicio proponga ningún tipo de medida correctora. Cotejados los datos estadísticos de los últimos CINCUENTA años, es necesario un cambio de tendencias en determinados comportamientos, pues los actuales no conducen, como es evidente, a los objetivos de reducir drásticamente ni el número de incendios, ni la superficie recorrida por los mismos, y aunque este cambio de tendencias se está retrasando muchos años, esperemos que cuando se produzca, habremos sido capaces de parar al desierto, en el que se encuentran. desde hace muchos años, los encargados de cambiar las políticas forestales equivocadas, que no son otros que determinados políticos conversos del ecologismo, y que las mantienen mientras les hacen la ola los autores de las mismas, los componentes del ecologismo más radical. Por cierto, que si me pueden ayudar, les agradecería que si conocen este dato, el de las subvenciones y concepto de las mismas, que han recibido las distintas asociaciones ecologistas, en las últimas CUATRO DECADAS de las instituciones forestales, de la administración del Estado y de las autonomías, me lo facilitasen, pues me ha sido imposible obtenerlo preguntando a las distintas administraciones. A lo mejor la causa es que parte de los componentes de este poderoso “lobby”, durante estas largas décadas, han tenido tiempo de posicionarse ventajósamente entre la clase política, y entre el no menos importante negocio mediático, generando titulares, que, casi siempre, vaticinan situaciones apocalípticas, generando estudios, fuertemente subvencionados, que quedan muy bien en las estanterías.