Pasadas las elecciones para formar el Parlamento Catalán, transcurrida una campaña en la que los nacionalistas, después de QUINIENTOS AÑOS de formar parte de España, como el ESTADO más antiguo de Europa, nos hemos sentido como unos extraterrestres, y así nos seguiríamos sintiendo si pasáramos página, sin dedicar un rato a comentar esta atrocidad.

    Estas elecciones convertidas en plebiscitarias, por interés de los propios nacionalistas, han sido su tumba, pues han servido para demostrarles por primera vez que, más de la mitad de los catalanes han pasado por las urnas, dándoles la espalda en esta quimera. Está muy claro que los resultados que los nacionalistas contabilizarían cómo sies y noes, como decían el día de reflexión, no han sido favorables a su tesis, aunque a pesar del resultado, siguen manifestando públicamente, que el pueblo catalán les ha dado su apoyo, para seguir en la lucha por la INDEPENDENCIA. Hace falta ser políticamente hipócritas, para convertir un fracaso, que debería invitar a la dimisión de sus promotores, en un acicate para seguir luchando por la INDEPENDENCIA.

    Creo que una parte importante de los que somos jubilados, sentimos una sensación de miedo, ante una serie de propuestas que, muy lejos de respetar la libertad individual, determinadas opciones políticas nos proponen. Libertad que tanto nos costó conquistar, pues no fue un camino fácil, desde vencer a los nostálgicos del régimen anterior, la mayoría de ellos bien situados políticamente, a derrotar a los que vestidos de terroristas, llenando diariamente la calle cadáveres inocentes, trabajaban para que este país saltara por los aires, porque se encontraba muy alejado de su caduca ideología. Estos últimos, en muchos casos los mismos que estuvieron cerca de los que apretaron el gatillo, parece que van a ser investidos, mediante pactos con parte de los que se ciscaron en los derechos humanos, de autoridad, para pretendernos gobernar imponiéndonos una ideología extrema, que ya se derrumbó hace años con el muro de Berlín.

  Los nuevos políticos niños de papá

    En estos días de campaña electoral hemos oído todo tipo de ocurrencias, pues los candidatos ó sus líderes, creen que muchos de los votantes desconocemos el mundo en que vivimos, y tienen que abrirnos las puertas, para enseñarnos un mundo putrefacto, pues sin su ayuda, como la de todos los predicadores, no encontraremos la verdadera salvación.

    Son muchas las payasadas escuchadas, pero la más increíble es la de asegurar que, los nacidos antes del año 1978, estamos inhabilitados para ejercer cualquier tipo de responsabilidad política. Lo cual encontraríamos razonable, si esta inhabilitación llevara consigo liberarnos de pagar impuestos, hasta nuestra muerte física, como reconocimiento a todo lo que hemos aportado a nuestro país, para situarle entre los más avanzados del mundo.

 

    Hablar de impuestos, en vísperas de elecciones, para los que tributamos por medio del IRPF, es llevarnos las manos a la cabeza, pues no comprendemos las elevadas retenciones que nos practican, ante unos ingresos que van poco mas allá de lo considerado como supervivencia. Si además, como sucede ahora, se nos junta el periodo de declaración de la renta, con la época de campaña electoral, sentimos vergüenza ajena de los esfuerzos de los distintos candidatos, para ocultarnos que no existe posibilidad alguna de bajarnos los impuestos.

    Es increíble que después de cuatro años de crisis, cuyo elevado coste fundamentalmente hemos pagado los asalariados, todos los partidos políticos, excepto el del actual Gobierno, nos amenacen con ninguna bajada de los impuestos actuales, y algunos los suben hasta la estratosfera, justificando que después los repartirán entre quien ellos consideren oportuno, posiblemente entre los de su misma ideología, volviendo a los tiempos en los que los paisanos del pueblo de un líder le pedían: “Niceto, colócanos a todos”.

 

    Hace unos días, con motivo del espectáculo mediático montado con los registros efectuados en el domicilio de Rodrigo Rato, Ministro que fue de Hacienda y Vicepresidente del gobierno de Aznar, un periódico de tirada nacional, denunció que toda esta operación fue dirigida por un funcionario de la Agencia Tributaria, que además iba en las listas del PSOE para el Ayuntamiento de Madrid.

    En principio nada que objetar a que un funcionario milite en un partido. Pero cuando se trata de dirigir una operación contra un ciudadano, en la que presuntamente sus derechos individuales pueden ser lesionados, esta figura se conoce como PREVARICACION...